El restaurante del fin del mundo de Douglas Adams

Segunda parte de esta saga escrita por Douglas Adams. La primera se llama "Guía del autoestopista galáctico" y pueden encontrar su reseña aquí en el blog . Aquí vamos a ver qué sucedió después de que el pobre Arthur Dent se quedara sin su planeta y volveremos a tocar el tema de la respuesta acerca de la vida, qué significaba ese numero 42. En si, ambos libros, vienen siendo una locura hermosa. es de esas novelas que te hacen reír mientras te recuerdan que el universo es un desastre absoluto, que nada tiene sentido, y que igual seguimos adelante porque, buen… ya estamos acá. Arthur debe aprender a lidiar y a vivir en realidad, en el espacio, a bordo de naves, viajando junto a sus nuevos amigos extraterrestres, y junto a otro humano que también se salvó de la destrucción de la tierra. Me encanta las ocurrencias del autor, son a veces pequeños detalles, pero son tan simpáticos que dan mucha gracia, por ejemplo, sin dar mucho contexto hay una escena donde una nueva sociedad inven...

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¿Por que los muñecos dan tanto miedo?


Hace bastante queria escribir algo relacionado a este tema, y es que hay algo profundamente inquietante en los muñecos. Esos rostros inmóviles, esas miradas de vidrio que parecen seguirte por la habitación… No importa si es de porcelana, de trapo, madera o de plástico: hay algo en ellos que despierta un miedo que no siempre podemos explicar. 

Y no es una casualidad. Hay razones psicológicas, culturales y hasta biológicas detrás de por qué los muñecos se convirtieron en uno de los objetos más utilizados en el terror.

El punto de partida está en un concepto conocido como “el valle inquietante” , una teoría propuesta por el ingeniero japonés Masahiro Mori en 1970. Según Mori, cuanto más se parece algo a un ser humano, más empatía sentimos… hasta que llega un punto donde se parece demasiado, pero no lo suficiente. Es decir, parece humano, pero no del todo. Ahí aparece el rechazo, aparece esa  incomodidad y por supuesto el miedo. Esta una hipótesis en los campos de la informática, la robótica y la animación por computadora en 3D que afirma que cuando las réplicas antropomórficas se acercan en exceso a la apariencia y comportamiento de un ser humano real, causan una respuesta de rechazo entre los observadores humanos.

Un muñeco, un androide, o incluso una figura de cera puede generar esa sensación. Tiene forma humana, pero algo en su expresión, su movimiento o su falta de vida nos hace sentir que hay “algo que no encaja”. Es como si nuestro cerebro detectara que algo no está bien, aunque no pueda explicarlo del todo. Todo en ellos parece estar en paz, pero algo en nuestro interior nos dice que quizás no sea así, quizás hay algo más detrás de esa cara inerte.

Freud también habló de esto en su ensayo “Lo siniestro” (1919), donde decía que lo que más miedo nos da no es lo desconocido, sino lo familiar vuelto extraño. Lo cual me parece tremendamente profundo, es decir, no es aterrador que algo que se de por hecho, de repente no lo sea? Los muñecos entran perfecto en esa categoría: son representaciones familiares, simulan a los humanos, pero carecen de vida. Y cuando el límite entre lo vivo y lo inerte se difumina, el miedo aparece.

Mas allá de todo esto, también he de mencionar que históricamente, los muñecos no siempre fueron simples juguetes. En muchas culturas, tuvieron un papel mas allá, llegando a lo ritual o espiritual.

Por ejemplo, en el Antiguo Egipto, se enterraban figuras humanas junto a los muertos, llamadas shabtis, que supuestamente cobraban vida en el más allá para servirles.

En África y el Caribe, las muñecas vudú se usaban para  representar personas reales y por medio de ellas producirles males como ya sabrán.

Podría decirse que los humanos siempre hemos sentido que los muñecos están “cerca” de la vida. 

Hubo un caso muy famoso, fue el caso real de Robert, el muñeco, que por cierto inspiró nada mas ni nada menos que a Chucky.

A principios del siglo XX, un niño llamado Robert Eugene Otto, de Key West, Florida, recibió un regalo muy especial, era un muñeco de trapo hecho Según la leyenda, el muñeco tiene poderes sobrenaturales que le permiten moverse, cambiar la expresión de su rostro y emitir sonidos de carcajadas.

Décadas después, el muñeco terminó en un museo, donde hoy está expuesto dentro de una vitrina. 

Se dice que los visitantes aseguran que su expresión cambia, y el personal dice que las cámaras fallan cuando lo fotografían sin permiso. Incluso, el museo recibe cartas de gente que le pide perdón al  muñeco por haberle faltado el respeto. Como si realmente tuviera algún tipo de poder.

Como mencionamos, Robert fue la inspiración de Chucky. En 1988, se presentó a Chucky, un muñeco poseído por el alma de un asesino en serie. Lo interesante es que  se inspiraron no solo en el caso de Robert sino también en el fenómeno de los “My Buddy Dolls”, muñecos muy populares entre los niños en los 80 (bastantes feitos para mi gusto, pero quien soy yo para criticar no?)

Chucky resultó perfecta para el terror. porque hoy este muñeco debe ser de los mas famosos del mundo, y que curioso que sea por el hecho de que en su tiempo haya causado tanto miedo y no por las alegrías dadas a los niños.

Pero Chucky no fue el primero. Décadas antes, en 1945, el episodio “El muñeco del ventrílocuo” de la serie Al caer la noche ya había mostrado un ventrílocuo dominado por su muñeco parlante.

Y luego, en los 60, La dimensión desconocida presentó el episodio “Muñeca viviente”, En este episodio, un padrastro abusivo es atormentado por la nueva muñeca de su hijastra, que lo amenaza.

Años después, Annabelle retomó la fórmula, aunque con una base real: el caso de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren, quienes decían que una muñeca Raggedy Ann estaba poseída por un espíritu maligno.  por cierto, adivinen donde está. si, en un museo, encerrada en una vitrina con un cartel que dice "¡Peligro! No abrir bajo ninguna circunstancia".

Una cosa si es segura, la mirada fija y el silencio que tienen estos objetos son en muchas ocasiones inquietantes. Hay algo muy simbólico en los ojos de los muñecos. No parpadean ni tampoco se mueven… pero siempre parecen mirar. Los psicólogos dicen que los humanos estamos programados para detectar ojos y rostros: es una cuestión evolutiva. Nos ayuda a sobrevivir.

Por eso, cuando un objeto tiene rostro, apenas lo detectamos nuestro cerebro intenta “leerlo” de alguna manera, buscar emociones o intenciones, aunque sepamos que eso no tiene sentido. Por ejemplo, qué emoción podría tener el frente de un auto, o  unas manchas en la pared. Pero en los muñecos, no hay nada que leer. Esa ambigüedad es lo que provoca el malestar.

El psicólogos explican que el cerebro entra en conflicto, ya que espera señales humanas, pero no las recibe. Esto es un “error cognitivo”, algo que nos hace sentir que estamos frente a una presencia viva que no debería estar viva. Y ahí aparece el miedo primitivo.


Ahora hablemos sobre los muñecos ventrílocuo, estos siempre tuvieron algo perturbador, ya sea que quieran transmitir eso o no. es algo inevitable (lo mismo que pasa con los payasos). Desde que aparecieron en el siglo XIX, muchos espectadores sentían que había algo “raro” en esos espectáculos. Los ventrílocuos son artistas que hablan sin mover visiblemente los labios, haciendo que su voz parezca provenir de otro lugar, generalmente un muñeco o títere. 

Un muñeco que habla con voz humana, pero sin moverse del todo, refuerza esa ilusión de que está poseído. En películas como El títere (2007) o Magia (1978), este tipo de muñecos se vuelven literalmente malvados, reflejando la dualidad entre el titiritero y su creación.

La idea de que el muñeco exprese los pensamientos reprimidos del humano  como sus deseos, sus miedos o su rabia, hace que funcionen también como metáforas psicológicas. En muchos casos, el muñeco es lo que el humano no se atreve a decir. Y esto es verdaderamente inquietante.

Otro motivo por el cual los muñecos asustan tanto y creo es uno de los principales motivos, es que están asociados a la infancia. Se suponen que son objetos de ternura, de compañía, pero cuando no cumplen estos roles y  se vuelven malignos, ese contraste golpea más fuerte.

Además, muchos relatos de muñecas malditas mezclan el tema de la maternidad frustrada o la soledad. En Annabelle: Creation, por ejemplo, el espíritu que habita la muñeca busca el cuerpo de una niña. En Megan (2022), la muñeca representa la sustitución de la figura materna por una inteligencia artificial, mucho mas moderno no?

Y no hablemos de los  efectos de movimiento ya que el cine de terror ha explotado magistralmente los movimientos de los muñecos. Ese giro lento de cabeza, el parpadeo repentino, movimiento de ojos, el sonido de pasos diminutos, o encontrar al muñeco o muñeca en un lugar donde claramente nadie lo dejó. Todo eso juega con nuestra percepción del movimiento ya que un objeto inerte se mueve, viola una regla básica del mundo real. Es como si rompiera la frontera entre lo vivo y lo muerto.

Por eso, cuando una muñeca se inclina sola o cambia de lugar entre escenas, el impacto es tan fuerte, no necesitamos verla matar a nadie, basta con verla moverse.


Desde los rituales antiguos hasta M3GAN, pasando por Chucky, Annabelle, o Billy, los muñecos siguen funcionando porque tocan algo básico en nuestra mente. Nos enfrentan a lo siniestro, a lo casi humano, a lo que parece tener vida sin tenerla. Representan la pérdida del control, la inversión del orden natural lo que debería obedecernos o simplemente estar ahi para darnos alegrías, empieza a actuar por su cuenta.

Y en ese pequeño desequilibrio, en esa sonrisa pintada que nunca cambia, habita uno de los terrores más antiguos del ser humano el miedo a que "las cosas cobren vida cuando no las miramos"



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