Segunda parte de esta saga escrita por Douglas Adams. La primera se llama "Guía del autoestopista galáctico" y pueden encontrar su reseña aquí en el blog . Aquí vamos a ver qué sucedió después de que el pobre Arthur Dent se quedara sin su planeta y volveremos a tocar el tema de la respuesta acerca de la vida, qué significaba ese numero 42. En si, ambos libros, vienen siendo una locura hermosa. es de esas novelas que te hacen reír mientras te recuerdan que el universo es un desastre absoluto, que nada tiene sentido, y que igual seguimos adelante porque, buen… ya estamos acá. Arthur debe aprender a lidiar y a vivir en realidad, en el espacio, a bordo de naves, viajando junto a sus nuevos amigos extraterrestres, y junto a otro humano que también se salvó de la destrucción de la tierra. Me encanta las ocurrencias del autor, son a veces pequeños detalles, pero son tan simpáticos que dan mucha gracia, por ejemplo, sin dar mucho contexto hay una escena donde una nueva sociedad inven...
Película terror de 1968, Dirigida por Román Polanski. Basada en el libro del mismo nombre escrito por ira Levin.
Estamos ante un clásico cuando de historias diabólicas se trata.
Alguna vez te preguntaste que pasaría si tuvieras la horrible suerte de llevar en tus entrañas a un ser que nada tiene de humano?
Pues eso es lo que le pasa a la pobre Rosemary. Esta es la historia de una joven pareja que adquiere un departamento de pura suerte, un una zona de Nueva York.
Ese departamento solía pertenecer a una mujer que falleció. Y a pesar de que es antiguo y oscuro, a Rosemary le parece una buena excelente opción para vivir.
Por supuesto que ese lugar esconde cosas. Para empezar hay un mueble muy pesado que de manera misteriosa obstruye y oculta una puerta que al parecer no tiene nada de raro. Pero ahí está, obstruyendo el paso.
Esta pareja decide dar el gran paso, tener a su primer bebé.
Después de lo que parece ser una noche extraña donde Rosemary no entiende bien qué fue lo que pasó. Lo único que recuerda son imágenes agresivas y oscuras. Despierta sintiéndose extraña. Incluso nota unos rasguños en su piel. Lo que si es seguro es que ella esa noche quedó embarazada.
Por supuesto que lo que lleva en su vientre va a ser el tema de toda la peli.
Hay un personaje que me pareció muy insoportable. Era esa señora. Esa vecina metiche que se tomaba todas las atribuciones posibles, desde ver como remodelaron el departamento hasta decidir como debe cuidarse la pobre Rosemary.
Entre otras cosas me parece interesante cómo la protagonista asume está nueva responsabilidad de ser mamá. El control que ejercen los de afuera para con ella. Siempre diciéndole que es para su bienestar tanto físico como psíquico.
La manipulación que se ejerce es mucha. Tanto de los vecinos como de los profesionales. Incluso llega un momento en que nos ponemos algo paranoicos porque no sabemos en quién confiar.
Desde el inicio, Rosemary es víctima de una manipulación constante: Su marido, pacta con los vecinos (un culto satánico) para obtener éxito profesional a cambio del bebé que Rosemary va a concebir.
La manipulación no es solo directa, sino emocional y social: Guy la convence de confiar en los vecinos, de seguir su dieta, de atenderse con un médico elegido por ellos, y hasta de dudar de sus propias percepciones. Este control progresivo genera en Rosemary una sensación de paranoia, pero durante la película se la trata como si estuviera “sensible por el embarazo”.
Aquí la maternidad se muestra como una prisión más que como una bendición:
El embarazo de Rosemary no es fruto del amor, sino del abuso y la traición. En vez de ser un proceso íntimo y propio, su cuerpo se convierte en un campo de experimentación y control por parte de otros.
Las decisiones médicas se toman sin su consentimiento, y su dolor es minimizado o ignorado
Cuando finalmente nace el bebé, Rosemary siente una contradicción tremenda: horror por el origen demoníaco de su hijo, pero también un instinto maternal genuino. Esa ambigüedad final, cuando lo acuna, pese a todo, es una de las escenas más poderosas del cine, porque muestra que la maternidad es compleja, no idealizada.
El componente satánico cumple varias funciones simbólicas: Representa el mal disfrazado de normalidad: los vecinos son amables, serviciales y parecen “buena gente”, pero esconden el culto.
También podría interpretarse como una metáfora del patriarcado, que somete y utiliza el cuerpo de la mujer para sus propios fines.
Y ya no sabes qué es peor, lo verdaderamente monstruoso no es el niño, sino la sociedad que lo rodea.
Rosemary pasa de ser una mujer ingenua y manipulada a alguien que descubre la verdad y toma una decisión propia, aunque el mundo entero esté en su contra.
Su último acto, acunar al bebé, es un gesto de humanidad frente al horror.
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