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Payasos 🤡 del circo al terror!

El día de hoy quería tocar un tema que particularmente me llama la atención, los payasos y el miedo a ellos.

En teoría, los payasos están hechos para hacernos reír. su pintura colorida, narices rojas, trajes ridículos… pero hay algo en ellos que, para mucha gente, resulta más inquietante que divertido. 

Parte del miedo viene de lo impredecible, su maquillaje en realidad oculta las expresiones reales, lo que genera una sensación de desconfianza.  El miedo a los payasos no es algo nuevo ni raro. 

Tiene incluso un nombre: coulrofobia. Aunque no está catalogada oficialmente como un trastorno, muchas personas sienten una incomodidad real ante estos personajes. y hay varias razones psicológicas y culturales:

Además, su exageración emocional (una sonrisa dibujada enorme, ojos abiertos de más) roza lo grotesco. Y cuando algo que debería ser inofensivo se vuelve raro, aparece el sentimiento de extrañeza, esa sensación de incomodidad que el cerebro no puede explicar del todo. El maquillaje que oculta la identidad, Los payasos tapan su rostro con pintura, lo cual borra las emociones humanas reales. Uno no sabe si se están riendo, enojando o si están vacíos por dentro. La sonrisa pintada puede parecer una burla o una máscara de algo más siniestro.

Comportamiento errático: Los payasos están hechos para ser impredecibles, caóticos, romper normas. En clave de humor está todo bien. Pero en clave de terror, eso se traduce en inestabilidad mental, en un personaje que puede pasar del chiste al asesinato en segundos.

Otro factor clave es la infancia, muchos vimos payasos en circos, fiestas o dibujos animados, y si uno te traumó de chico, esa sensación se queda. El cine y la literatura explotaron eso al máximo.
El contraste entre lo infantil y lo violento: Hay algo perturbador en ver una figura asociada a la infancia, los cumpleaños, la alegría, y mezclarla con sangre, cuchillos y gritos. El efecto es doblemente traumático.
Muchos de nosotros tuvimos alguna experiencia infantil con un payaso que daba más miedo que risa. O lo vimos en películas. El cine y la literatura se encargaron de cimentar esa idea de que “el payaso es malo”.


El primer payaso aterrador en la literatura
Uno de los primeros registros importantes de un payaso en clave siniestra aparece en el cuento "Hop-Frog" de Edgar Allan Poe (1849), donde un bufón de la corte toma venganza de forma brutal. 
Pero si hablamos de un ícono moderno y clásico, sin duda el rey es Pennywise, el payaso de It (1986), la novela de Stephen King. Acá, el payaso es solo una de las formas que toma una entidad cósmica para atraer y devorar niños. King tomó el miedo infantil al payaso y lo llevó al extremo.

“El Rey de Amarillo” (1895) de Robert W. Chambers: Aunque no trata específicamente sobre payasos, sí influye en la idea de un espectáculo teatral maldito que afecta la mente de quienes lo ven. Esta noción de lo performático y lo corrupto se trasladaría a los clowns malignos posteriores.


El primer payaso aterrador en el cine
Una de las primeras apariciones del payaso maldito en el cine es "Poltergeist" (1982), donde una muñeca de payaso ataca al protagonista. Aunque no es el foco principal del film, esa escena traumatizó a toda una generación. Luego llegaron pelis como Payasos asesinos del espacio exterior (1988), It (la miniserie del 90 y las pelis más nuevas) y Terrifier (con el sádico Art the Clown), que consolidaron al payaso como un ícono del horror.

Aunque Pennywise es el más famoso, hubo payasos siniestros en el cine antes de It. Algunos ejemplos:


“Casa de payasos” (1989): Tres presos de un manicomio se escapan y se disfrazan de payasos para aterrorizar a unos chicos. La película está manchada por el escándalo de abuso de su director, pero fue uno de los primeros intentos de llevar al payaso asesino como figura central.

“Payasos asesinos del espacio exterior” (1988): Una joya del cine de culto. Estos payasos extraterrestres llegan a la Tierra en una nave con forma de carpa de circo. Secuestran, matan y se burlan de los humanos con armas absurdas como pistolas de palomitas y pasteles ácidos. En el canal hay un video especial sobre esta peli. 

El auge de los payasos asesinos, Desde los 90 hasta hoy, el arquetipo del payaso asesino se multiplicó. Algunas películas lo tratan desde el humor negro; otras, con una crudeza brutal.

“It” (1990 y 2017/2019): La miniserie de los 90, con Tim Curry como Pennywise, marcó una era. Su risa, sus ojos, el globo rojo... inolvidable. Las versiones modernas lo convirtieron en un ícono del terror visual con efectos más impactantes y una historia más fiel al libro.

“Terrifier” (2016) y “Terrifier 2” (2022): Art the Clown es un payaso completamente mudo, sádico y brutal. Estas pelis no son para estómagos sensibles. El gore es explícito y el personaje se volvió un fenómeno del terror slasher.

“El payaso del mal” (2014): Producida por Eli Roth. Un padre se disfraza de payaso para el cumpleaños de su hijo, pero el traje está maldito. No puede quitárselo y lentamente se transforma en un demonio devorador de niños.

“Stitches” (2012): Una mezcla de comedia y terror. Un payaso muere accidentalmente durante una fiesta infantil y regresa años después para vengarse de los niños. Humor negro + sangre a borbotones.

American Horror Story: Freak Show (2014)
El personaje de Twisty es uno de los más recordados de la serie. Trágico y aterrador al mismo tiempo. Su máscara rota y su historia triste lo convierten en un villano muy potente.


Entonces, esto me lleva a preguntarme ¿Por qué funcionan tan bien en el terror? ¿Qué tienen que los hace tan especial? 
La respuesta seria, creo, porque son una contradicción con patas. Algo que supuestamente debería ser divertido se transforma en amenaza. Y el terror ama lo contradictorio. A eso sumale el factor visual: un payaso da mucho juego en términos de imagen, sangre y contraste.

Los payasos en el terror siguen vigentes porque combinan lo grotesco con lo familiar. Son coloridos, infantiles, hasta cómicos… pero cuando el tono cambia, se convierten en criaturas de pesadilla. El cine y la literatura supieron explotar esa ambigüedad, y por eso Pennywise, Art y compañía siguen presentes en nuestros sueños más oscuros.


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