Uno de mis colores favoritos, si no es que el favorito, es el verde. Por alguna razón, de pronto me pareció que, entre todos los colores, era el que más me agradaba, en especial el tono verde militar. Varias de mis cosas son de ese color.
Esto me llevó a preguntarme: ¿qué lugar ocupa el color verde en el ámbito del terror, tanto en el cine como en la literatura? Al reflexionar, me di cuenta de que su papel es más que curioso. Desde los "potingues verdes" mencionados en el canal Random hasta bosques tenebrosos, el verde aparece en muchas formas que enriquecen la atmósfera y la narrativa del género.
El verde está asociado con la naturaleza: bosques profundos, pantanos viscosos o selvas impenetrables. Estos escenarios son comunes en el terror porque representan lo desconocido y lo salvaje, lugares donde las reglas humanas no aplican. Películas como El bosque de M. Night Shyamalan o los cuentos de H.P. Lovecraft utilizan la vegetación densa y verde para ocultar entidades antiguas y aberrantes. En este contexto, el verde deja de ser un color tranquilizador para convertirse en una señal de algo vivo pero hostil, algo que crece descontroladamente y amenaza al protagonista.
Además, el verde tiene una conexión con lo sobrenatural y lo enfermizo. En el cine, se usa a menudo en la iluminación para dar un tono inquietante: rostros bañados en luz verde sugieren posesión, locura o muerte inminente. Películas como El exorcista o la casa de los 1000 cadaveres aprovechan esta tonalidad para resaltar lo extraño y lo maligno.
En la literatura, el verde aparece en descripciones de venenos, podredumbre o criaturas viscosas, como los monstruos lovecraftianos, a menudo asociados con tonos verdosos y brillantes.
Por otro lado, el verde también puede simbolizar la corrupción o la decadencia. En El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, aunque no es explícitamente una historia de terror, el deterioro moral del protagonista podría imaginarse rodeado de verdes malsanos, similares al moho o la putrefacción. Y esta idea de algo que parece vivo pero está profundamente podrido es un recurso poderoso en el género.
El verde también está presente en la ciencia ficción de terror. En The Colour Out of Space de Lovecraft, el autor describe un color indescriptible, aunque en adaptaciones cinematográficas, como la película protagonizada por Nicolas Cage, se lo representa en tonos rosados y morados. Sin embargo, podría argumentarse que su esencia estaría más cerca del verde, ya que representa una entidad alienígena que contamina la naturaleza y destruye la realidad tal como la conocemos.
En el folclore, el "Green Man" es una figura ambivalente: un espíritu de la naturaleza con un rostro cubierto de hojas verdes. Aunque a menudo se le ve como benigno, en algunas leyendas representa la venganza de la naturaleza contra los humanos. Este concepto se refleja en el terror moderno, como en The Wicker Man (1973), donde el verde de la isla de Summerisle contrasta con los rituales macabros que oculta. En muchas culturas, los seres asociados al verde pueden ser tanto protectores como mortales, dependiendo de cómo se les trate.
El verde también es común en la representación de sustancias peligrosas en el cine de terror. E
jemplos icónicos incluyen:
Re-Animator (1985), donde el suero verde fluorescente del Dr. Herbert West revive cadáveres con consecuencias grotescas.
Evil Dead II (1987), donde los Deadites exudan fluidos verdes viscosos que los diferencian de los humanos.
The Return of the Living Dead (1985), en la que un gas verde reanima a los muertos.
Alien (1979), donde el xenomorfo tiene sangre ácida de un verde fosforescente que puede atravesar el metal.
El verde también es un color recurrente en los villanos del terror y otros géneros.
El Duende (Leprechaun, 1993), donde el verde conecta con el folclore irlandés pero se pervierte en algo grotesco y asesino.
La Bruja del Oeste (The Wizard of Oz, 1939), cuya piel verde la marca como antinatural y maligna.
Creeper (Jeepers Creepers, 2001), con su piel escamosa de tonos verdes oscuros, evocando una criatura reptiliana y depredadora.
Si bien Letherface no es verde, este color está muy asociado a su imagen, la cual resulta escalofriante y sucia.
Incluso en la cultura pop, el monstruo de Frankenstein, aunque en la novela de Mary Shelley no se describe como verde, fue popularizado en el cine con ese color, consolidando la idea del verde como un tono de lo antinatural y lo reanimado.
El verde también ha sido usado en icónicos pósters de terror:
Alien (1979), con su huevo alienígena brillando en verde sobre un fondo negro.
El bebé de Rosemary (1968), con un verde oscuro que evoca el mal latente en la historia.
Saw (2004), cuyo tono verde sucio refuerza la atmósfera de terror psicológico y físico.
EEste color en el terror es un color liminal: se ubica entre la vida y la muerte, lo natural y lo antinatural. Su versatilidad lo convierte en una herramienta poderosa para construir tensión y reforzar lo grotesco, lo desconocido y lo corrupto. No es solo el color de la naturaleza, sino también de la toxicidad, la infección y el horror. Y sin duda, su presencia seguirá siendo clave en el género.
Me interesa explorar esta misma temática pero con otros colores: entre las posibilidades está el rojo, asociado con la sangre o el negro, con la muerte...
Comentarios
Publicar un comentario